viernes, 30 de marzo de 2018

"La Gallinita ciega"


Esta obra de 1789 pertenece a la colección de cartones que llevó a cabo el pintor Francisco de Goya durante más de veinte años, y que le sirvieron al artista para situarse en la corte madrileña y darse a conocer. En ellos Goya reflejó el mundo popular y callejero del Madrid del momento.

En particular, este cartón estuvo destinado a la decoración del dormitorio de las infantas del Palacio del Pardo, aunque a día de hoy se encuentra entre la colecci
ón del Museo del Prado, donde se conservan también tres de los cinco bocetos que se conocen.
"El cucharón" 

La obra lo que muestra es el tradicional juego “La gallinita ciega” o también conocido como “el cucharon”. En ella se representan cinco parejas formando un circulo mientras que en el centro de este se sitúa un personaje con los ojos tapados y la cuchara de madera. Todos ellos utilizan vestimentas de majos y majas, algo que se puso de moda entre las clases altas, que como describió el filósofo Ortega y Gasset, es la voluntad de plebeyización de la sociedad española del siglo XVIII, aunque dos de los personajes llevan indumentarias propias de la moda francesa, para así señalar que se trata de personajes que pertenecen a la alta sociedad. Como curiosidad decir que el grupo esta situado a la orilla del río Manzanares en Madrid y al fondo la sierra de Guadarrama.

En cuanto a la técnica, es una composición simétrica, en forma de ovalo, en la que el artista utiliza una perspectiva aérea. El estilo de la obra se sitúa dentro del Rococó, por la vivacidad que desprende la representación y por la utilización de una gama de colores pastel, en cuanto a la luz se podría decir que envuelve toda la escena, que el paisaje está completamente iluminado.

Por último, añadir como Goya consigue captar casi a la perfección esa sensación de movimiento a través de estos personajes completamente idealizados y la utilización de elegantes escorzos.

domingo, 11 de diciembre de 2016

La Calumnia de Apeles. Sandro Botticelli.

Obra realizada en tempera sobre madera (62x91cm) y conservada actualmente en la Galería Uffizi de Florencia desde 1773, llevada a cabo en 1495 por el maestro Sandro Botticelli, aprendiz del artista Filippo Lippi en la década de 1460 y con grandes influencias de Verrochio, Ghirlandaio y Perugino, entre otros artistas destacados del Renacimiento italiano.
La obra que nos ocupa hoy fué el ultimo cuadro de tema profano que llevó a cabo el artista,  en el intenta plasmar la situación de tensión que se vivía en ese momento en Florencia, ya que había un gran temor a la llegada del fin del mundo, aunque algunos historiadores piensan que es una referencia a las acusaciones que se llevaron a cabo contra el artista en 1502 de mantener relaciones sexuales con sus discípulos.
Pero lo que a día de hoy no se tiene claro para quien realizo Botticelli esta obra, una de las pocas referencias que existen viene de la mano del biógrafo italiano Giorgio Vasari, que en su obra Las vidas de los más excelentes pintores, escultores y arquitectos describe que lo había visto en casa de Messer Fabio Segni.


El maestro se inspira en un cuadro perdido del artista griego Apeles. Dicha obra representaba un episodio vivido por el mismo maestro griego, al cual se le acusaba de provocar una revuelta contra el rey egipcio Ptolomeo IV, por lo que fué encarcelado hasta que el verdadero líder de la rebelión salió a la luz.

La escena realizada por Botticelli se desarrolla en una sala abierta de un típico palacete
renacentista con una arqueria con bóvedas de casetones, decorada con relieves y esculturas, estos representan episodios bíblicos y mitos griegos.
En la obra se representa a un rey ubicado en un trono elevado, a los lados de este se sitúan figuras alegóricas, que aluden a la Ignorancia y la Sospecha que susurran las calumnias a las orejas de asno que tiene el rey, que es símbolo de necedad. Este esta extendiendo su mano hacia la figura del Odio, vestido de ropajes negros. Al lado de esta ultima figura, se encuentra la Calumnia, que porta una antorcha en la mano izquierda, mientras que con su mano derecha arrastra de los pelos a un joven casi desnudo, el cual evidencia su inocencia a través de su desnudez, que suplica piedad con sus manos unidas. Justo detrás de la Calumnia, y trenzandole el pelo, están representadas la Impostura y la Perfidia. A cierta distancia esta representada como una anciana la Compuncion, que se gira hacia la figura de la Verdad, representación que recuerda a la figura principal del Nacimiento de Venus, realizado por el propio Botticelli, y que pudo estar inspirada en la Venus de Medici.  Esta ultima figura alza el dedo indice de su mano, manifestando así su inmutabilidad, contrasta la inocencia que representa su desnudez con la del resto de las figuras que ocultan su verdadera naturaleza a través de sus ropajes.



viernes, 20 de marzo de 2015

El panteón de Malatesta

La iglesia de San Francisco o Templo Malatestiano, fue en su origen un templo gótico situado en Rímini que hacía 1450 Segismundo Pandolfo Malatesta, señor de Rímini, mando remodelar. Este trabajo recayó en las manos del arquitecto León Battista Alberti, el cual realizó una envoltura en mármol del edificio anterior.


Malatesta quería convertir este edificio en un panteón familiar, evocando la antigüedad romana, y a este deseo se ciñó el arquitecto italiano.

Planta 
El edificio está compuesto por una única nave de seis tramos, con capillas laterales, y rematado por una cabecera circular, en la cual en un principio se quería construir una rotonda con nichos que finalmente no se llevó a cabo, al igual que el proyecto de construir una gran cúpula sobre dicha cabecera.

La fachada, a día de hoy inacabada, es clásica y sencilla, no tiene prácticamente decoración. Está concebida como un arco triunfal romano, con tres arcadas, dos de ellas ciegas, y esta rematada con un frontón triangular partido.
Fachada principal


En las fachadas laterales del templo se situaron nichos que pertenecen a personas cercanas a Segismundo Malatesta, con inscripciones en epigrafía clásica, estos están cobijados por arcos de medio punto y separados cada uno de ellos por pilastras, recordando así la arquitectura romana de época clásica.

Detalle de fachada lateral

En cuanto al interior del edificio, hay una decoración típica de época clásica con motivos mitológicos sobre fondo azul que contrastan con las partes en mármol blanco, en su mayoría realizados por el escultor florentino Agostino di Duccio.

Interior
Detalle de los relieves del interior
Las obras cesaron en el año 1466 por problemas de índole económico, quedando el templo inacabado.

viernes, 13 de marzo de 2015

La heroína de Donatello

Narra el Libro de Judith, texto Apócrifo del Antiguo testamento, la historia de cómo la heroína hebrea salvó a la ciudad de Betulia del Asedio del ejército asirio mediante la decapitación de su general, Holofernes, en su propio campamento, después de ser seducido y embriagado.

Es precisamente este momento de la decapitación el que representa Donatello,  cuando está a punto de asestarle el segundo golpe con la espada, ya que, como se puede apreciar en la obra, la figura de Holofernes tiene una herida en el cuello.

Judith y Holofernes (1455)
La obra, en bronce con una altura de 236 cm aproximadamente,  fue llevada a cabo en 1455 y estaba destinada a adornar la fuente del patio interior del Palacio de los Medici, aunque en 1495 se trasladó a la plaza de la Signoria en Florencia. A día de hoy la escultura se encuentra en la sala de los Gigli en el Palazzo Vecchio.

Esta pieza monumental de Donatello, realizada en bulto redondo para poder ser vista desde diferentes puntos y con una estructura piramidal, encarna la virtud cristiana sobre la soberbia.

En cuanto a la ejecución de la obra, hay un gran contraste entre las delicadas facciones de Judith, con un rostro liso que muestra su juventud, frente al rostro áspero que muestra la crudeza del tirano Holofernes. Donatello realiza un minucioso trabajo en los pliegues y la decoración llevada a cabo en el  vestido de la heroína hebrea. La base de la escultura es en forma de cojín, que a su vez se apoya sobre un basamento con bajorrelieves clásicos.
Detalle del rostro de Holofernes
Detalle del rostro de Judith
La escultura fue realizada en la última etapa de Donatello, siendo ya uno de los mejores artistas de su época.

miércoles, 14 de enero de 2015

La obsesión por la perspectiva, Paolo Uccello

Esta obra, realizada por Paolo Uccello (1397- 1475) y que a día de hoy se encuentra en la Galería Uffizi de Florencia,  formaba parte del tríptico de la “Batalla de San Romano”,  el cual fue encargado por Cosme el Viejo en 1456 para el palacio Medici-Riccardi. Su función era rememorar la batalla que se produjo en 1432 entre las tropas florentinas, lideradas por Niccolò da Tolentino, y los ejércitos de Milán y Siena. En esta tabla en cuestión se representa el momento en el que el condottiero Niccolò desmonta a Bernardino della Ciarda en la ya citada batalla.

La obra, realizada al temple sobre tabla (182x323 cm), tiene una compleja composición, las lanzas quebradas en el suelo ayudan a crear perspectiva, al igual que lo hacen los escorzos violentos en las figuras de los caballos.

En toda la composición se puede observar un estudio minucioso de las posturas y los movimientos, algo que junto a la perspectiva se convirtió en una obsesión para el artista. Sobre esto último, Vasari deja constancia en sus “Vidas”, que dijo de Uccello: “No tenía otro deleite que resolver problemas de perspectiva difíciles e imposibles”.

Por último, destacar que la obra tiene ciertos ecos medievalistas, ya que el artista utiliza colores brillantes y muy poco naturales que provienen de la tradición gótica. Al igual que la luz representada no es naturalista, dándole a la obra una sensación teatral. En conclusión, las luces y los colores utilizados en la tabla crea una atmósfera completamente irreal.



Batalla de San Romano (1456)

lunes, 17 de noviembre de 2014

El palacio toscano: Michelozzo Michelozzi

Palacio Medici-Riccardi
Michelozzo Michelozzi fue quien sentó las bases de la arquitectura civil del Renacimiento llevando a cabo el palacio Medici-Riccardi en 1444, mandado construir por Cosme el Viejo (perteneciente a la familia Medici), y que está ubicado en la que era la Vía Lata (hoy Vía Cavour) de Florencia. Fue una renovación tipológica, ya que se abandona la idea de fortaleza que había hasta el momento y que provenía de la Edad Media.

Planta
Es una construcción completamente armoniosa y proporcionada. La fachada consta de tres pisos que están delimitados cada uno de ellos por una línea de imposta, y cuya altura va disminuyendo progresivamente de abajo a arriba. Lo mismo pasa con la profundidad del almohadillado que en la parte superior es mucho más suave que en la parte inferior.

El edificio esta rematado por una cornisa apoyada en ménsulas diseñada a partir de modelos clásicos, lo que deja ver que Michelozzo se inspiro en la arquitectura  de la antigüedad.

Patio del palacio

La planta del palacio se organiza en torno a un patio central interior por donde entra la luz y el aire a las dependencias. Este patio se articula a través de cuatro crujías con tres arcos en cada una. Era en este espacio del edificio donde Cosme el Viejo y su nieto Lorenzo el Magnífico acumularon esculturas de época clásica para que los artistas que dieron origen al renacimiento viniesen a estudiarlas.




Capilla de los Magos

Cabe destacar la capilla de los Magos, con unas medidas relativamente pequeñas, pero con un rico techo artesonado y sillería de madera. En dicha capilla aun se conservan los frescos realizados por Benozzo Gozzoli en 1460.


En 1659 paso a manos de la familia Riccardi, que lo reformó, prolongando en siete ejes la parte frontal del edificio.  Fueron los miembros de esta misma familia quienes vendieron en 1814 el palacio al estado. Actualmente es la sede del consejo provincial.



En conclusión el Palacio Medici-Riccardi sentó las bases para los palacios toscanos del Renacimiento, como es el caso del Palacio Rucellai de Alberti o el Palacio Pitti de Brunelleschi.

domingo, 16 de noviembre de 2014

La tribuna de los cantores, Luca della Robbia

Cantoría, Luca della Robbia
Actualmente en el Museo de la Opera del Duomo, Florencia, la Cantoría de Luca della Robbia, realizada en mármol, fue mandada construir para la catedral de esta misma ciudad en 1431. Fue concluida en 1438 y  debía formar pareja con la de Donatello, llevada a cabo en las mismas fechas aproximadamente.
Detalle lateral

La pieza está compuesta por diez relieves, ocho en el frente y dos en los laterales, y están encuadradas en un marco arquitectónico, separando cada relieve por pares de columnas.

Las escenas aluden al Salmo 150, la música como forma de glorificación del señor. El artista esculpe cada uno de los instrumentos nombrados en el texto bíblico. Y representa fielmente a los cantores, tanto es así que se podría decir hasta las notas entonadas por cada uno de ellos.

Detalle frontal

Della Robbia utiliza diferentes técnicas escultóricas, desde el alto relieve hasta el schiacciato (el relieve aplanado), para darle así profundidad a la representación. Los pliegues de los ropajes y los instrumentos también ayudan a crear dinamismo y efecto de movimiento.


La obra se desmontó en 1688 con motivo de la boda de Fernando de Medici con Violante de Baviera y no se volvió a reconstruir hasta el año 1895.